- Protege la pintura
Rayos del sol, restos de insectos, excrementos de pájaros… Todo esto agrede a diario la pintura, Aplica una capa de cera para conseguir una mayor protección.
- vigila el nivel de aceite
Cuando se enciende el testigo de medición del nivel de aceite no puedes retrasar ni un minuto el relleno: eso es que está muy por debajo de la marca de mínimo.
- Sustituye la correa de distribución
Cuidado con los intervalos de cambio de correa que señala el fabricante si se terminó la garantía, ya que es una de las averías más caras de reparar.
- Trata de no recorrer tramos cortos
El funcionamiento en frío aumenta el desgaste de las piezas e impide que el aceite se caliente. Además, el lubricante se mezcla con algo de gasolina y vapor.
- Espera a que se caliente el motor
Si a un motor se le exige demasiado durante los primeros kilómetros, crece mucho el desgaste.
- Procura hacer cambios de marcha fluidos
Cuando el pie izquierdo se queda enganchado en el pedal de embrague, se produce un desgaste constante. Algo parecido ocurre cuando se engranan las marchas con torpeza y se ‘rasca’ el cambio.
- Olvida las maniobras bruscas
Un sobre esfuerzo incensario precipita el fin de la vida útil de las piezas de desgaste. Y que con una conducción eficiente ahorrarás combustible.
- Atento a la presión de los neumáticos
No es fácil detectar un neumático en mal estado mientras conduces. Incluso un conductor experto puede percatarse de que la goma ha perdido el dibujo cuando ya es demasiado tarde.
- Revisa las piezas del coche
No nos referimos al motor si no a piezas y espacios más profundos. La protección anti corrosión de un coche moderno suele ser suficiente; pero si se trata de un vehículo con unos años a cuestas es conveniente cuidar el interior del motor con cera o grasas protectoras.